ESTUDIO

    Tempo en la música

    Tempo en la música

    El tempo es uno de los elementos clave de la expresividad musical, junto con conceptos como ritmo, armonía, melodía, modo y otros. Aprender estos componentes es esencial para cualquier músico, similar a la importancia de aprender a leer música. Hoy vamos a profundizar en los conceptos básicos de la teoría musical para comprender el concepto de tempo, mientras intentamos que el proceso sea lo más divertido posible.

    El tempo (del italiano “tempo”) determina la velocidad de paso de las unidades métricas en una composición, o más simplemente, la velocidad de su ejecución. Es similar a leer un poema: puedes leerlo rápida o lentamente y cambiará significativamente la percepción. En música, el tempo afecta no sólo a las palabras, sino también al sonido de toda la composición.

    El tempo generalmente se indica al comienzo de una pieza musical y sirve como indicación para el intérprete de la velocidad de reproducción deseada. Esto te da una idea de cuándo comenzar la siguiente parte de la pieza y cómo coordinar tu canto con el ritmo.

    En la música moderna, el tempo suele permanecer constante a lo largo de la canción. Sin embargo, en la música clásica a menudo se pueden encontrar cambios de tempo, donde la velocidad de la interpretación cambia de rápida a lenta y viceversa. Esto confiere a las obras dinamismo y riqueza emocional.

    Las obras musicales se organizan en compases de cierto tamaño, que contienen tiempos acentuados y átonos. El tempo muestra cuántos tiempos ocurren en un período de tiempo determinado. Para determinar con precisión el tempo, se utiliza una escala BPM (pulsaciones por minuto), que indica el número de pulsaciones en 60 segundos.

    Pulsación de música

    ¿Has notado la similitud entre el tempo de una composición musical y los latidos del corazón humano? Una de las similitudes clave es la medición en pulsaciones por minuto. El ritmo promedio de la música a menudo coincide con el ritmo cardíaco normal en reposo de una persona, que es de 60 a 80 latidos por minuto. Las melodías lentas tienen un tempo de alrededor de 40 a 58 tiempos, mientras que las canciones más rápidas superan la marca de los 90 tiempos. Durante una actividad física intensa, nuestro corazón puede latir a un ritmo de unos 200 latidos por minuto, cuya sensación, como la música, varía según las preferencias.

    Ver actuar a músicos experimentados puede resultar a la vez inspirador e intimidante para los nuevos intérpretes. Es sorprendente cómo los profesionales captan fácilmente cada matiz, siguiendo con precisión el ritmo y el tempo. Sin embargo, alcanzar este nivel de habilidad no es tan difícil como podría parecer a primera vista. El secreto está en comprender los conceptos básicos y la práctica habitual.

    Metrónomo

    La estructura musical consta de compases en los que no sólo hay sonidos, sino también pausas, que juegan un papel importante. Ayudan a enfatizar ciertos puntos, brindan a los oyentes un descanso y brindan a los intérpretes la oportunidad de prepararse para el siguiente segmento.

    El metrónomo es una herramienta que ayuda a visualizar esta estructura rítmica y permite a los músicos sincronizar el tempo de su interpretación. La configuración del metrónomo incluye la determinación del tempo y el compás de la canción, donde el compás se designa como 4/4, 2/2, etc., lo que indica los tiempos dentro del compás. Una escala de BPM (pulsaciones por minuto), como 70 u 80, sincroniza los tiempos del metrónomo con los tiempos acentuados, lo que facilita seguir el ritmo.

    El famoso metrónomo, que lleva el nombre de su creador, el pianista y mecánico alemán Maelzel, se considera el estándar para indicar el tempo. El uso de un metrónomo de Mälzel (M. M) promueve el desarrollo del sentido del ritmo al enseñar a los músicos a adaptarse de oído al tempo de una composición.

    Este dispositivo fue inventado en 1815 y se convirtió en la base para la medición precisa del tempo en la música, utilizado por compositores como L. van Beethoven, así como por autores de los siglos XX y XXI. Durante la era romántica, mucha gente prefería las instrucciones verbales sobre el tempo.

    Los metrónomos modernos vienen en estilos tanto electrónicos como mecánicos, y conservan elementos de diseño tradicionales como resortes y pesas. También tienen demanda las últimas versiones: aplicaciones para dispositivos móviles y metrónomos en línea que funcionan según un principio similar.

    Otras opciones de notación de tempo

    En situaciones donde no se requiere una alta precisión de tempo, se utilizan términos musicales especializados, que se clasifican en tres categorías principales: tempos lento, medio y rápido.

    Las primeras indicaciones de tempo comenzaron a utilizarse en el siglo XVI en las academias de música españolas. Existen varias adaptaciones lingüísticas de estos marcos de tempo: italiano, alemán, inglés, ruso y francés, cada una de las cuales transmite conceptos musicales similares. A pesar de la variedad de idiomas, todos ellos tienen valores numéricos correspondientes en el metrónomo, lo que permite determinar con precisión la velocidad de la pieza.

    • Lento : largo (ancho), larghetto (bastante ancho), lento (largo), adagio (lento), adagietto (bastante lento), grave (pesado);
    • Moderado : andante (tranquilo), andantino (un poco más rápido), moderato (moderadamente, sostenuto (moderado), allegretto (animado), allegro moderato (moderadamente rápido);
    • Rápido : allegro (rápido), vivo (rápido), vivace (más animado), presto (rápido), prestissimo (aún más rápido).

    Como se mencionó anteriormente, el tempo en las piezas musicales generalmente permanece constante, pero a veces puede cambiar dentro de la misma composición. Para denotar tales cambios dinámicos, existen términos musicales específicos: accelerando (aceleración), ritenuto (ligera desaceleración), ritardando (desaceleración significativa) y otros.

    Estos términos son los marcadores básicos de los cambios de velocidad, pero también hay matices de tempo más sutiles en la música, para los cuales también se utilizan ciertas palabras para ayudar a transmitir con mayor precisión las características del ritmo.

    Por ejemplo:

    • assai—muy;
    • comodo – conveniente;
    • non troppo – no demasiado;
    • molto – muy;
    • mosso – móvil;
    • maestoso—solemnemente;
    • animando – animado;
    • agitato—con entusiasmo;
    • sempe – todo el tiempo.

    Continúa el debate en torno a los métodos preferidos para indicar la velocidad de las interpretaciones musicales. Existe una división entre intérpretes y compositores entre quienes prefieren notaciones de tempo numérico y quienes tienden a utilizar términos verbales. Las partituras musicales suelen utilizar una combinación de estos enfoques: se coloca una indicación de tempo verbal en italiano o ruso junto con un valor numérico en una escala de metrónomo.

    Así, podemos entender por qué el tren rápido se llama “Allegro” y a veces el embalaje de la pasta lleva la etiqueta “Presto”. Bromas aparte, conocer los símbolos de tempo juega un papel clave en el desarrollo de la capacidad de leer música y tocar música con precisión, como mencionamos anteriormente.

    ¿Por qué más necesitas saber el tempo de la música?

    Este aspecto se explica en la analogía entre el tempo musical y el pulso humano que mencionamos anteriormente. Una composición musical adecuadamente elegida ayuda a aumentar la eficacia de la actividad deportiva, ya que el cuerpo se esfuerza por sincronizarse con un ritmo determinado.

    Las investigaciones confirman que las melodías rítmicas pueden mejorar el rendimiento del entrenamiento. Los atletas que entrenan con música a menudo demuestran una velocidad y resistencia superiores, y las personas que practican entrenamiento de fuerza pueden levantar más peso.

    La elección del tempo musical óptimo, medido en pulsaciones por minuto (bpm), depende del tipo de actividad física. Para prácticas como yoga, pilates y estiramientos, las pistas con un tempo inferior a 120 bpm son ideales. La música que oscila entre 125 y 140 bpm es ideal para calentar, hacer ejercicios aeróbicos y bailar. Mientras que las canciones más enérgicas con un tempo de 140 a 190 bpm pueden estimular el logro de resultados sobresalientes en deportes intensos y son adecuadas para ejercicios cardiovasculares, como correr.

    Tempo de la música moderna.

    El tempo de una pieza juega un papel clave en la configuración de su atmósfera, estilo e impresión general de la música. Los tempos altos generalmente se asocian con música de baile de ritmo rápido, mientras que los tempos más bajos son típicos de melodías relajantes. Esto parece obvio, pero en realidad las reglas no son tan estrictas. En tus proyectos musicales tienes derecho a experimentar con cualquier tempo, alejándote de las normas tradicionales. Sin embargo, existen límites de tempo generalmente aceptados para ciertos géneros musicales.

    • música pop: 110-140 bpm;
    • hip-hop – 80-130 bpm;
    • tecno – 140-160 bpm;
    • roca – 65-95 bpm;
    • Batería y bajo: 140-200 bpm.

    La relación del tempo con los géneros musicales es tan esencial como otros medios de expresión musical. Aunque los rangos de tempo pueden variar, su influencia en el género musical es innegable. Por esta razón, comprender la teoría musical es sumamente importante para quienes ven su futuro en la música.

    Dominar los instrumentos musicales y controlar la voz requiere una comprensión profunda de los principios musicales. La percepción del tempo puede ser intuitiva y accesible para todos. Sin embargo, la capacidad de seleccionar y seguir con precisión un tempo específico en la interpretación se desarrolla a través de la práctica continua. Por eso, no debes descuidar las clases de solfeo. Escuche atentamente la música de su lista de reproducción e intente sentir el ritmo al que “pulsa” su composición favorita. Esto no sólo ayudará a reproducir canciones con precisión, sino que también puede conducir a la creación de su propio éxito musical.

    @Patrick Stevensen

    DJ y productor musical. Ha estado creando EDM y pinchando profesionalmente durante más de 5 años. Tiene una educación musical en piano. Crea ritmos personalizados y mezcla música. Realiza regularmente sesiones de DJ en varios clubes. Es uno de los autores de artículos sobre música para el blog Amped Studio.

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